El desarrollo local sostenible se centra en la búsqueda del
mejoramiento de la calidad de vida humana en el ámbito local. Se construye a
partir del protagonismo real de las personas (familias, niños/as, productores,
organizaciones e instituciones locales).
Para
que el desarrollo local sostenible sea una realidad, la comunidad debe
fijar sus propios objetivos y metas, tener confianza en la fuerza de la misma
comunidad, valorar y afirmar la cultura junto con los conocimientos
tradicionales propios y las formas autónomas de convivencia.
La
cultura individualista de competencia mercantil, la baja autoestima, la
dependencia política y económica de las instituciones centrales y agentes
externos, falta de confianza en la capacidad de gestión comunitaria, son entre
otros los obstáculos para alcanzar el desarrollo local sostenible.